Ahora leamos
detenidamente cualquier periódico, ¿es eso lo que realmente encontramos? Claramente
no y esta situación debería cambiar; nosotros como periodistas, como seres a
los que la inquietud les perturba, debemos de ir más allá de lo que es la
simple noticia, ya que si nos quedamos en la breve información objetiva que nos
puede dar cualquier teletipo de agencia ¿qué estaríamos aportando que ya no se supiera
antes? ¿Cuál sería nuestra labor?
Es necesario ambientar, narrar una historia, hacer saber al
lector que el/ la periodista estuvo presente en el escenario del hecho y conoce
personalmente lo que pasó allí; por eso entre otras cosas, se puede dar el lujo
de opinar.
Pero actualmente, nos encontramos casos totalmente
diferentes, en los que se da el conocido “hablar por hablar” sin saber ni conocer.
“Hablar por hablar” así se titula una conferencia dada por el gran periodista Juan Cierco; él, mejor que nadie conoce la situación de
guerra en Oriente Próximo. Reconoce haber hablado con musulmanes, consolado
judíos, ayudado a cristianos … A lo que se quiere llegar, es que muchos, por no
decir una gran mayoría de periodistas, no leen , ni escuchan, ni se paran a
observar lo que pasa a su alrededor. Simplemente hablan y dan una formalidad al
texto que lo hace meramente creíble. Ahora os dejo un texto, de lo que yo , como futura periodista considero que es una muy buena crónica, no quiere decir que todo el mundo tenga que pensar lo mismo ...